La administración de Ventura Demuner ha estado marcada por contrastes, como suele ocurrir en el ejercicio del poder. Sin embargo, si hay un aspecto en el que su gobierno ha dejado huella, es en la inversión en obra pública. Más allá de las polémicas y los retos que ha enfrentado, su gestión ha conseguido embellecer la ciudad y dotarla de un estatus que antes no tenían sus obras: calidad y buen gusto.
En el pasado, muchas construcciones públicas carecían de visión estética y funcionalidad, limitándose a cumplir con su propósito sin considerar el impacto visual o la integración con el entorno. Bajo la administración de Demuner, hemos visto un cambio significativo. Sus proyectos no solo han mejorado la infraestructura urbana, sino que también han elevado la imagen de la ciudad con diseños modernos, materiales duraderos y una planeación más cuidadosa.
Por supuesto, no todo ha sido perfecto. Como en cualquier gobierno, ha habido decisiones cuestionables y momentos difíciles, pero sería injusto negar el impacto positivo que ha tenido su apuesta por el embellecimiento urbano. La ciudad luce distinta, más ordenada y con espacios que invitan al disfrute ciudadano.
Este enfoque en obras de calidad y buen gusto no solo mejora la vida cotidiana de los habitantes, sino que también proyecta una imagen más atractiva para el turismo y la inversión.
Al final, más allá de los altibajos de su administración, Ventura Demuner y esta primera administración morenista han logrado transformar, de alguna forma, el municipio.
